Termina el Carnaval

Gallardón, con los "sardineros galanes"

17/02/2010

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El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, con los miembros de la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina con los que ha despedido el Carnaval de este año.

I

Ya llega, ya se escucha
en el Patio de Cristales
un año más el fúnebre
recital de lloros y ayes.

Pese a la juerga y jarana
tampoco parecen truhanes...
yo a ustedes les conozco: son
los sardineros galanes.

¿Y qué me cuentan de nuevo?
Mucho me temo el desastre:
la mala nueva de que ésta
se queda para el arrastre.

***

Mira que se lo avisé:
"Ve al carnaval sin cansarte,
que está todo peor que mal
y no hay ni para enterrarte".

Pero es cruel pedirle a quien
ríe, canta y se distrae
que sea una merluza y no
disfrute si eso le atrae.

Y he aquí el drama de la
que soñó con saciar su hambre,
alegre y confiada en la Villa en
la que ahora se halla fiambre.

II

Dejadme tomar aliento
y sustituir la rima,
diré al punto cómo ha sido
la tragedia de esta prima.

Llegó a Madrid la finada
moderna y alternativa,
ya el primer susto le dieron,
quedó más muerta que viva.

Un insensible le dijo:
"Fuera del padrón, querida,
vos sois turista, inscribiros
sería cosa indebida".

***

¿Mas cómo negar doctor y
maestro a quien cada día,
llueva o truene, se afana
en demostrar su valía?

Deshízose el tal infundio
pero el sofoco crecía,
pues no hay por qué ofender
a la honrada extranjería.

"Claro que soy forastera
siendo el más allá mi patria;
cada año aquí regreso sin
visa, passport ni otra gracia".

III

Mas no quedó ahí la cosa,
que en plena Carnestolenda
buscó y no halló a Don Carnal
y temió a Doña Cuaresma.

"Pues le he de vengar quitando
la máscara a esa chavea
para que su identidad
de una vez el mundo vea."

Murió así la conjetura,
vimos a la filistea:
¡es la crisis!, de todas las
desgracias gran albacea.

***

Dejen pues de imaginar,
que no merece la pena
especular todo el año
sabiendo quién es la fea.

¡La crisis, la crisis, ésa
es la tal Doña Cuaresma,
asesina de alegrías
que en estos días nos diezma!

Y así ya más orientada
tuvo una feliz idea:
pedir a la autoridad
auxilio en su odisea...

IV

Fuese a rogar un empleo
al que mora en la Moncloa,
mas sólo diole subsidio,
el expediente que incoa.

Otros le daban consejo:
"Sé sardina emprendedora,
pon negocio de conservas,
asciende hasta directora".

"Moverse es bueno", díjole el
del madroño, "no hay zozobra
si al igual que yo quedas bien
tras tanto cambio, tanta obra".

***

A centenaria Gran Vía
despechada puso proa...
¡a fingirse gran señora
en Chicote cual anchoa!

De entonces acá no se la ha
visto, y hay, pues, quien aboga
que el desfile terminó
¡sinnfff! de apretarle la soga.

Mas claro es que ignoráis
una última chirigota
que en secreto urdió sardina
poniéndola en la picota.

V

De nadie es sabido este hecho en
peje de fama longeva,
pues de fresca era su aura
que nunca fue de maleva.

Vino a Cibeles a verme,
mas dijo Nuria muy cierta:
"Alberto, no la recibas,
que la veo harto despierta".

Y en efecto, que mudada en
tiburón mostró la aleta,
y visto y no visto hizo su
petición, ¡cuán indiscreta!

***

"Te confieso Alcalde, por ser
tú, mi ilusión verdadera,
que es ser, para los turistas
del Manzanares, barquera".

"No te sorprendas, Alcalde,
que está difícil el tema,
y si todos me fallan no he
de hacer contigo pamema".

¡Habrase visto cara más
dura la de esta plebeya,
sin concurso ni licencia
buscarme así una querella!

VI

¿Y cómo a esto hemos llegado?
Pues quizá ni el hambre baste
para explicar el modo en que
su carrera se fue al traste.

Y ésta en fin es la lección:
que en Madrid resulta clave,
si se quiere prosperar,
ser constante... pero suave.

Creed pues en el futuro,
que Madrid nunca es cobarde,
y la Cuaresma vadeará
sin aspaviento ni alarde.

***

Ésa es mi fe: que sin trampa
ni cartón -sólo coraje-,
juntos saldremos de esta
crisis, horrible y salvaje.

Y así acaban estas coplas
dudosas, más consonantes
que asonantes, pero nunca,
por respeto, malsonantes.

Proseguid pues el sepelio
los deudos del badulaque,
que huele ya el pez y por más
que le lloréis... ¡es jaque!

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